En su discurso de toma de posesión el 20 de enero de 2025, el presidente Donald Trump hizo varias referencias significativas a Dios y la fe. Al recordar el intento de asesinato que sufrió en julio de 2024, afirmó: “Fui salvado por Dios para hacer que Estados Unidos sea grande otra vez”.
“En todo lo que hacemos, mi administración se inspirará en una fuerte búsqueda de la excelencia y el éxito implacable. No olvidaremos nuestro país, no olvidaremos nuestra constitución y no olvidaremos a nuestro Dios. Eso no se puede hacer”, dijo.
La relación de Donald Trump con la fe y la espiritualidad ha sido objeto de fascinación y debate, especialmente entre las comunidades cristianas evangélicas que lo apoyaron masivamente en su camino a la Casa Blanca. El libro The Faith of Donald J. Trump: A Spiritual Biography, escrito por David Brody y Scott Lamb, profundiza en este aspecto poco explorado de su vida, argumentando que la fe ha sido un factor más influyente de lo que muchos creen en su carrera personal y política.

Trump fue criado en la Primera Iglesia Presbiteriana de Jamaica, en Queens, Nueva York, donde fue bautizado y asistió regularmente durante su juventud. Su pastor fue el reverendo Norman Vincent Peale, autor del influyente libro El poder del pensamiento positivo. Este mensaje, que mezcla principios cristianos con autoayuda, dejó una profunda huella en Trump, moldeando su visión optimista y su estilo audaz y confiado. Aunque Trump no siempre ha sido un practicante activo de la fe, los autores destacan que su conexión con este enfoque espiritual explica muchas de sus decisiones y su forma de enfrentar desafíos.
A lo largo de su vida, Trump ha tenido relaciones con diversas denominaciones cristianas. Aunque fue presbiteriano en sus inicios, más tarde se afilió a la Iglesia Reformada de Marble Collegiate, donde continuó escuchando los sermones de Peale. Durante su presidencia, sin embargo, se identificó con las comunidades evangélicas no denominacionales, reconociendo su influencia política y espiritual en el panorama estadounidense. En eventos clave, Trump frecuentó iglesias evangélicas como la First Baptist Church en Dallas y mantuvo una estrecha relación con líderes influyentes como Paula White-Cain, quien se convirtió en su consejera espiritual y desempeñó un papel clave en conectar su administración con el electorado evangélico.
El apoyo de los evangélicos blancos fue fundamental para el ascenso de Trump al poder, con un 81 % de este grupo votando por él en las elecciones de 2016, porcentaje que repitió en 2024. Los autores del libro argumentan que, aunque Trump no encaja en el perfil tradicional de un líder religioso, muchos creyentes lo ven como un “instrumento de Dios” que ha defendido valores cristianos en un momento crítico. Entre sus decisiones más destacadas para la agenda evangélica se incluyen el traslado de la embajada de Estados Unidos en Israel a Jerusalén, una medida que fue interpretada como un cumplimiento profético, y su firme postura contra el aborto, reflejada en la designación de jueces conservadores en la Corte Suprema.
Sin embargo, el libro no oculta las contradicciones en el camino espiritual de Trump. A diferencia de líderes abiertamente devotos, su fe no siempre se manifiesta en prácticas religiosas regulares o en un lenguaje estrictamente cristiano. Más bien, su conexión con la comunidad evangélica se basa en una mezcla de pragmatismo político y afinidad con las prioridades de este grupo. Los autores destacan que Trump entiende el poder de los símbolos y las acciones que resuenan profundamente con los creyentes, incluso cuando su estilo de vida puede parecer distante de la moral cristiana tradicional.
En el libro, se mencionan también episodios personales que revelan un lado espiritual menos conocido del expresidente, como su participación en oraciones grupales y su respeto por las figuras religiosas que han jugado un papel en su vida. La figura de Trump, según los autores, no es la de un líder religioso tradicional, sino la de un hombre que, en medio de su complejidad y contradicciones, ha conectado con una base de fe que lo considera un defensor de sus valores en la esfera pública.
The Faith of Donald J. Trump: A Spiritual Biography no solo examina la fe de un hombre, sino que también explora cómo un líder poco convencional puede convertirse en un símbolo espiritual para millones de personas. En última instancia, el libro plantea preguntas sobre la relación entre política, espiritualidad y el papel de los líderes en la defensa de los principios cristianos en un mundo en constante cambio.