Desde su publicación en 1946 por la Casa Bautista de Publicaciones (CBP), el himnario Himnos de Gloria y Triunfo ha sido una herramienta espiritual y musical fundamental en la vida devocional de millones de creyentes en América Latina y comunidades hispanas en Estados Unidos. Adoptado por iglesias evangélicas de diversas denominaciones —bautistas, pentecostales, metodistas, entre otras— este himnario ha trascendido generaciones y estilos musicales, manteniendo viva la herencia del canto congregacional.
El contenido del libro incluye más de 300 himnos, muchos de ellos traducidos del inglés durante los grandes avivamientos del siglo XIX y principios del XX. Según la propia Casa Bautista de Publicaciones, el himnario fue diseñado para proveer una “adoración reverente, bíblica y doctrinalmente sólida”, agrupando los cantos por temas como salvación, consagración, misión y segunda venida de Cristo (CBP, https://editorialcbp.com).
Además de su edición original, Himnos de Gloria y Triunfo fue publicado en otras versiones destacadas, como la edición de Editorial Vida, lanzada en 1964 bajo el sello Vida–Zondervan. Esta versión, muy difundida en iglesias evangélicas de habla hispana en Estados Unidos, incluía más de 300 himnos con sus partituras y fue impresa en formatos de tapa dura y rústica. Con una tipografía legible y diseño compacto, esta edición fue pensada para el uso frecuente en congregaciones, y sigue siendo distribuida por HarperCollins Christian Publishing. Su durabilidad y accesibilidad convirtieron a esta edición en una de las más queridas por comunidades que combinan el canto tradicional con la lectura musical.
El himnario fue publicado y distribuido en distintas versiones también por otras casas editoras evangélicas que colaboraron en su difusión. Entre ellas destaca la editorial CLIE (Centro de Literatura Evangélica), que ha incluido referencias a este himnario en bibliografías teológicas, y la editorial Libros Alianza, que ha trabajado en la reimpresión de himnarios clásicos para iglesias hispanohablantes. En los Estados Unidos, Broadman & Holman (la rama editorial de la Southern Baptist Convention, vinculada a CBP) también ha participado en su distribución para iglesias hispanas.
Entre los himnos más populares que aparecen en este compendio, se destacan verdaderas joyas espirituales de autores cuyas vidas estuvieron marcadas por un profundo compromiso con Dios:
- “Sublime Gracia” (Amazing Grace) – Escrita por John Newton en 1779. Newton fue un excomerciante de esclavos convertido al cristianismo, y su testimonio de redención queda reflejado en esta alabanza universal.
- “Oh, qué amigo nos es Cristo” (What a Friend We Have in Jesus) – Compuesta en 1855 por Joseph M. Scriven, un poeta irlandés que escribió el himno como consuelo para su madre enferma. La música fue añadida posteriormente por Charles C. Converse.
- “Grande es Tu fidelidad” (Great Is Thy Faithfulness) – Letra de Thomas Chisholm (1923) con música de William M. Runyan. Refleja la fidelidad inmutable de Dios, inspirada en Lamentaciones 3:22-23.
- “En Jesucristo, mártir de paz” (Jesus, I Am Resting, Resting) – Versión en español de un himno compuesto por Jean Sophia Pigott en 1876. Fue popularizado por el misionero Hudson Taylor.
- “Roca de la eternidad” (Rock of Ages) – Escrito por el pastor británico Augustus Toplady en 1776, este himno subraya la salvación como obra exclusiva de la gracia divina.
Además de estos himnos clásicos, el libro incluye una serie de coros pentecostales y cantos de avivamiento populares en las décadas de 1930 a 1950, muchos de los cuales fueron compuestos por evangelistas y músicos misioneros que viajaron por América Latina. Estas canciones, de estructura sencilla y profunda carga emocional, reforzaron el impacto evangelístico de las campañas de la época.
El impacto de Himnos de Gloria y Triunfo va más allá de lo musical. Ha servido como fuente de doctrina, consuelo, aliento y unidad en las congregaciones. En palabras del teólogo e historiador Justo L. González, “el canto congregacional es teología cantada”, y este himnario ha sido una forma de enseñar y transmitir verdades bíblicas generación tras generación (González, Historia del Cristianismo, Editorial CLIE, 2010).
Hoy, aunque muchos templos incorporan música contemporánea y proyectores multimedia, Himnos de Gloria y Triunfo sigue teniendo un lugar especial en los corazones de aquellos que encuentran en sus páginas no solo melodías, sino profundas experiencias de fe. La fidelidad de su mensaje, su riqueza teológica y su arraigo emocional lo han convertido en un verdadero patrimonio del cristianismo evangélico en lengua española.