Iglesias de EEUU divididas sobre ser refugio para migrantes tras las nuevas  medidas de Trump

Hace ocho años, durante la presidencia de Trump, muchas iglesias en Estados Unidos se convirtieron en refugios para inmigrantes indocumentados. Sin embargo, tras su segunda toma de posesión, la situación ha cambiado. Una nueva directiva permite a las autoridades de inmigración realizar arrestos en lugares considerados sensibles, como iglesias, escuelas y hospitales. Mientras algunas congregaciones todavía ofrecen refugio, otras se han mostrado más cautelosas. El reverendo Seth Kaper-Dale, de Nueva Jersey, declaró: “No vamos a ofrecer santuario físico”, señalando que teme más a los extremistas de derecha que a las autoridades migratorias. “Se ha vuelto un ambiente demasiado violento”.

En contraste, algunos pastores cristianos apoyan plenamente la medida. El pastor Ken Peters, de Tennessee, afirmó: “Estamos sintiendo los efectos de la inmigración ilegal en nuestra ciudad”, culpando el aumento de sobredosis de fentanilo y actividades de pandillas a personas en el país ilegalmente. Aunque respalda las políticas de Trump, Peters añadió: “Rezo para que no hagan arrestos en medio de un servicio religioso. Eso sería muy disruptivo”.

Otros líderes religiosos continúan comprometidos con la protección de inmigrantes. El reverendo Jim Rigby, de Austin, Texas, dijo que ofrecer refugio es un llamado religioso, especialmente hacia aquellos de América Central, afectados por la inestabilidad derivada de políticas estadounidenses en los años 80. Del mismo modo, el reverendo Michael Woolf, de Illinois, que ha dado refugio a una familia salvadoreña durante una década, afirmó: “Si alguien intenta entrar aquí, no me haré a un lado”.

El Departamento de Seguridad Nacional defendió la política, argumentando que “los criminales ya no podrán esconderse en las escuelas e iglesias de Estados Unidos para evitar ser arrestados”. Sin embargo, esto ha generado críticas de grupos religiosos. La Conferencia de Obispos Católicos expresó: “Todas las personas tienen derecho a cumplir con su deber hacia Dios sin temor”. Por su parte, la Asociación Nacional de Evangélicos calificó la política como preocupante, señalando que ha generado miedo, desalentando la asistencia a las iglesias.

La incertidumbre también afecta al Movimiento Nuevo Santuario de Filadelfia, que en la primera administración de Trump albergó a 14 migrantes en sus congregaciones. Su codirector, Peter Pedemonti, reconoció que están evaluando su postura actual: “Realmente es la familia la que corre el mayor riesgo y es mucho más vulnerable”.

La inmigración sigue siendo un tema divisivo en Estados Unidos, especialmente tras las elecciones de noviembre, donde se posicionó como un asunto prioritario después de la economía. Aunque algunos líderes evangélicos, como Lance Wallnau, respaldan la libertad de acción de ICE, el debate sobre la protección de inmigrantes y la seguridad nacional continúa generando tensiones en comunidades religiosas.

Con información de The Wall Street Journal